El calzado de protección o zapato de seguridad se utiliza para proteger los pies a la hora de desempeñar diferentes actividades laborales que puedan suponer algún tipo de riesgo. Muchas veces desconocemos cuándo usar zapatos de seguridad, por eso desde Rondón hemos preparado toda la información necesaria para que sepas en qué circunstancias utilizarlos.
¿En qué situación utilizar zapatos de seguridad?
Trabajos en fábricas, carpinterías o almacenes.
Puede haber riesgo de aplastamiento o que caiga algún objeto pesado sobre nuestros pies. Por eso importante utilizar un calzado con la puntera reforzada.
Lugares con cambios de temperatura.
Para que nuestros pies no sufran el cambio de temperatura, es primordial contar con unos zapatos adecuados que aíslen térmicamente.
Trabajos con electricidad.
En aquellos trabajos donde se puedan sufrir descargas eléctricas, el zapato de protección es de uso obligatorio. Utilizar el calzado apropiado hará que nuestros pies estén aislados de cualquier tipo de descarga.
Entornos con suelos resbaladizos.
Si en el lugar de trabajo hay riesgo de resbalarse, el calzado de protección será de uso obligatorio. Ante estos posibles resbalones es importante contar con usa suela antideslizamiento.
Trabajos con materiales punzantes.
Si en el entorno laboral se manipulan objetos punzantes o cortantes, la suela de nuestro zapato deberá contar con más grosor y resistencia para evitar cortes en nuestros pies.
¿Cuál es el mejor calzado de seguridad?
Usar o no zapatos de uso profesional debe considerarse dependiendo del estudio de riesgos que conlleva cada sector laboral y el trabajo que se va a efectuar. Cada sector y trabajo, conllevan unas necesidades y, a veces, riesgos distintos.
Desde Rondón recomendamos utilizar un calzado que combine ligereza y protección, ya que estar cómodo es un factor fundamental para afrontar la jornada laboral. Un calzado pesado o incomodo hará que desarrollemos incorrectamente y con molestias nuestro trabajo.
Además, a un buen zapato de seguridad, debemos pedirle que sea, en la medida de lo posible, transpirable, para que nuestros pies estén frescos y secos en todo momento.
Podemos decir que allí donde exista riesgo de algún percance sobre nuestros pies, el uso de zapatos de protección será obligatorio. Tanto si trabajamos para una empresa, como si lo hacemos por cuenta propia. Lo más importante en este tipo de entornos laborales es la seguridad del trabajador.